sábado, 2 de febrero de 2008

El mono y la musa


Histórico mural de las paredes zaragozanas. A escondidas, en una de las paredes del callejón que deja a un lado la pared de la parroquia de San Gil (calle Don Jaime), apareció no se sabe en qué orden esta cara de chimpancé con una chica en cuclillas. Desapareció con la restauración de la iglesia.


El mono pensativo ( una plantilla clásica de las paredes de los barrios más selectos de la geografía europea) mira hacia el infinito donde ha aparecido una chica dibujada con tiza,en pose tranquila, en estado idílico para el soñador deseante. Si el autor realizó la composición de las 2 figuras , cambió de registro utilizando otro lenguaje, creando una yuxtaposición de 2 planos de existencia, pero dándole al mono un objeto de concentración. Imposible pero real. O un intervencionista pasaba por allí y le dió sentido y forma al espacio que distraía a nuestro protagonista y al hueco vacío de la pared. Como si un espacio de ladrillos desnudo fuera demasiado poco concreto y como si se pudiera salvar con efecto retroactivo a todos los animales del parque Bruil de antaño, encerrados en jaulas, a merced de las viejas de abrigo de bisón que van a misa los domingos y sus cacahuetes.

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